¿Las várices son solo de mujeres?

Cuando escuchamos hablar de várices, la mayoría de las personas piensa automáticamente en mujeres adultas. Las imágenes más comunes en anuncios o consultas médicas suelen mostrar piernas femeninas con venas visibles, lo que ha hecho que se asocie este padecimiento casi exclusivamente con el género femenino.

Pero, ¿es verdad que las várices son solo de mujeres?

La respuesta es no.

Las várices también afectan a los hombres, aunque en muchas ocasiones ellos no buscan tratamiento ni prestan atención a los síntomas hasta que el problema se vuelve más serio.


¿Qué son las várices?

Las várices son venas dilatadas y retorcidas que aparecen principalmente en las piernas y los pies. Se producen cuando las válvulas dentro de las venas —que ayudan a que la sangre fluya de regreso al corazón— dejan de funcionar correctamente, provocando que la sangre se acumule.

Esa acumulación genera presión, hinchazón, dolor y la característica apariencia azul o morada en la piel.

Aunque pueden afectar a cualquier parte del cuerpo, las várices son más comunes en las extremidades inferiores porque las venas de las piernas soportan más presión al tener que bombear sangre hacia arriba, contra la gravedad.


¿Por qué se cree que las várices son solo de mujeres?

La idea de que las várices son un problema exclusivo de mujeres proviene de varios factores, entre ellos:

Los cambios hormonales femeninos.

Las hormonas femeninas (como el estrógeno y la progesterona) afectan la elasticidad de las paredes venosas, facilitando su dilatación. Por eso, durante el embarazo, la menstruación o la menopausia, las mujeres son más propensas a desarrollar várices.

El embarazo.

Durante el embarazo, el útero presiona las venas de la pelvis y las piernas, y el aumento de volumen sanguíneo también contribuye a que aparezcan várices. Esto ha reforzado la idea de que es una condición “femenina”.

El uso de tacones y prendas ajustadas.

El uso frecuente de tacones altos o ropa que limita la circulación (como fajas o jeans muy apretados) puede agravar los síntomas, y estos hábitos se asocian más comúnmente con las mujeres.

La falta de diagnóstico en hombres.

Muchos hombres ignoran los primeros signos de las várices, como la sensación de pesadez o el hormigueo en las piernas. Como consecuencia, los casos en hombres suelen detectarse menos o en etapas más avanzadas.

Aun así, los estudios médicos muestran que entre el 30% y el 50% de los hombres también pueden desarrollar várices a lo largo de su vida.


Factores que causan várices (en hombres y mujeres)

Las várices no dependen solo del género. Existen varios factores de riesgo que pueden afectar a cualquier persona:

1. Genética

Si tus padres o abuelos tuvieron várices, tienes una mayor probabilidad de desarrollarlas. La herencia juega un papel importante, pues puede influir en la debilidad de las paredes venosas o en el mal funcionamiento de las válvulas.

2. Edad

Con el paso de los años, las venas pierden elasticidad y las válvulas pueden dañarse. Por eso, las várices son más frecuentes a partir de los 40 o 50 años.

3. Estilo de vida sedentario

Permanecer mucho tiempo sentado o de pie dificulta el retorno de la sangre al corazón, lo que aumenta la presión en las piernas.

4. Sobrepeso u obesidad

El exceso de peso ejerce presión adicional sobre las venas de las piernas, favoreciendo la aparición de várices.

5. Factores hormonales

Como mencionamos, las hormonas femeninas influyen, pero los hombres también pueden experimentar desequilibrios hormonales (por ejemplo, por estrés, envejecimiento o uso de esteroides anabólicos) que afectan la salud de las venas.

6. Hábitos nocivos

El consumo de tabaco, el alcohol y una alimentación pobre en fibra o alta en sal también pueden afectar la circulación y contribuir al desarrollo de várices.


Las várices en hombres: un problema poco atendido

Aunque las várices afectan tanto a hombres como a mujeres, los hombres suelen ignorar los síntomas o retrasar la búsqueda de atención médica.

Esto puede deberse a varios motivos:

  • Cultura y estigmas sociales: algunos hombres consideran que las várices son un tema estético y “de mujeres”, por lo que evitan acudir al médico.
  • Falta de dolor en etapas iniciales: en muchos casos, las várices no duelen al principio, lo que lleva a subestimar su gravedad.
  • Uso de ropa que las oculta: a diferencia de las mujeres, los hombres suelen usar pantalones largos, por lo que las várices pasan desapercibidas por más tiempo.

Sin embargo, las várices no son solo un problema estético. Pueden derivar en complicaciones médicas graves, como úlceras venosas, trombosis o insuficiencia venosa crónica.


Síntomas más comunes de las várices

Tanto hombres como mujeres deben prestar atención a estos síntomas:

  • Sensación de pesadez o cansancio en las piernas.
  • Hinchazón en tobillos o pies.
  • Dolor o calambres al final del día.
  • Picazón o ardor en las piernas.
  • Cambios en la piel, como enrojecimiento, resequedad o manchas oscuras.
  • Venas abultadas, torcidas o visibles bajo la piel.

Si presentas uno o varios de estos síntomas, es recomendable acudir a un especialista en circulación o flebología.


Tratamientos para las várices (para hombres y mujeres)

Hoy en día existen múltiples opciones para tratar las várices, dependiendo de su gravedad y del estado de las venas. Los tratamientos más comunes incluyen:

1. Medias de compresión

Ayudan a mejorar la circulación y reducir la hinchazón. Son especialmente útiles en casos leves o como prevención.

2. Cambios en el estilo de vida

Hacer ejercicio regularmente, mantener un peso saludable, reducir el consumo de sal y evitar estar de pie o sentado por largos periodos mejora significativamente la salud venosa.

3. Tratamientos médicos o estéticos

Existen técnicas como la escleroterapia, el láser endovenoso, o la ablación por radiofrecuencia, que eliminan o cierran las venas afectadas. Estos procedimientos son seguros, efectivos y mínimamente invasivos.

4. Cirugía (solo en casos severos)

Cuando las várices son grandes o generan complicaciones, el médico puede recomendar una cirugía llamada safenectomía, que consiste en retirar o ligar las venas dañadas.


¿Se pueden prevenir las várices?

Aunque la genética y algunos factores hormonales no se pueden evitar, sí existen medidas para reducir el riesgo de desarrollar várices:

  • Mantén un peso saludable.
  • Haz ejercicio regularmente. Caminar, nadar o montar bicicleta mejora la circulación.
  • Evita estar mucho tiempo sentado o de pie. Levántate y mueve las piernas cada cierto tiempo.
  • Usa ropa cómoda. Evita prendas demasiado ajustadas que dificulten la circulación.
  • Eleva las piernas unos minutos al final del día.
  • No fumes ni abuses del alcohol.
  • Consume alimentos ricos en fibra y antioxidantes, como frutas, verduras y granos enteros.